Charlas en el cerrillo quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos interesados en la palabra escrita. Aquí tendrán cabida ideas, pensamientos, opiniones, anécdotas y relatos. Porque muchas veces las ideas más acertadas, los pensamientos más ingeniosos, las opiniones más certeras y las anécdotas más divertidas acaban perdiéndose por no tener un foro donde ponerse negro sobre blanco. También los relatos, cuando no se dispone de editor, terminan arrinconados en un cajón, razón por la cual muchas buenas historias jamás serán leídas.

viernes, 30 de marzo de 2012

Dirán que fuimos cinco o seis

Ahora asistiremos a la guerra de números, para unos serán muchos y para otros pocos, pero desde dentro parecían muchísimos si tenemos en cuenta que para avanzar 400 metros hubo personas que tardaron más de 90 minutos.  Éramos tantos que resultaba imposible avanzar, por tanto, triunfo absoluto de los manifestantes enfrentados a las reformas. Seguramente la asistencia masiva a las concentraciones tendrá poco, por no decir ningún impacto sobre las decisiones que vaya a tomar el Partido Popular pero, lo que sí es seguro, es que el pulso, señora Camacho (Presidenta del PP catalán), esta vez, lo ha ganado la calle. 
Dos reveses (elecciones andaluzas y asturianas y huelga general) en tan poco tiempo deberían hacer recapacitar al Presidente del Gobierno. Nadie duda de que se deben recortar gastos, tal y como exigen los socios europeos, pero también resulta imprescindible recuperar el mercado laboral y en esa dirección han sido más bien escasas las medidas adoptadas, máxime si, como se prevé, los Presupuestos Generales que presentarán ante el Congreso hoy mismo, van a aumentar los impuestos para los pequeños y medianos empresarios.
Es hora de que aparezca un Roosevelt español que comprenda que el mercado se mueve a base de compradores, no de asustados contribuyentes.  Potenciar el comercio y la industria nacional debería ser una de las prioridades de un partido que asegura trabajar por los intereses patrios. Luchar contra la corrupción, la especulación y la economía sumergida sería una buena manera de demostrar que realmente pretenden solucionar el problema del paro, porque atacando los derechos laborales y los derechos sociales demuestran que la suya es una política revanchista y revisionista, cuyas recetas económicas provienen de Berlin y Bruselas. Debe ser duro, durísimo, para un gobierno que proclama su españolismo, y contrario a las autonomías españolas por independentistas, recibir órdenes desde esas cancillerías y, por tanto, someterse a los designios de la Unión Europea.
Escuchándoles antes de las elecciones del 20N parecía que cuando ganaran La Moncloa iban a dar un zapatazo sobre la mesa y todos los gobiernos europeos se pondrían a trabajar para don Mariano Rajoy, pero lo único cierto es que seguimos igual, sino peor, de como estábamos hace sólo cuatro meses, con la amenaza del rescate de nuestra economía por parte del Banco Central Europeo, y aplicando las políticas económicas que nos imponen unos dirigentes foráneos que han sido incapaces de llevarlas a la práctica en sus países.
Por supuesto que nadie está pensando en la posibilidad de abandonar la moneda única europea, pero sí en un gobierno español fuerte, decidido, con la suficiente autonomía y libertad, para quitarse de encima la presión de los mercados, que lleve a cabo reformas económicas y políticas en base a los intereses nacionales y deje de lado el servilismo y las ganas de agradar a sus socios europeos. Un gobierno así sin duda sabría poner las bases de una recuperación económica efectiva y verdadera, y no seguiría hundiéndonos, cada día más, en el hoyo de la crisis.

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