Charlas en el cerrillo quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos interesados en la palabra escrita. Aquí tendrán cabida ideas, pensamientos, opiniones, anécdotas y relatos. Porque muchas veces las ideas más acertadas, los pensamientos más ingeniosos, las opiniones más certeras y las anécdotas más divertidas acaban perdiéndose por no tener un foro donde ponerse negro sobre blanco. También los relatos, cuando no se dispone de editor, terminan arrinconados en un cajón, razón por la cual muchas buenas historias jamás serán leídas.

jueves, 31 de enero de 2013

Joder!!!!!!!!!!!!!!!!

joder, joder, joder, joder, joder, joder, joder, joder, joder, joder, joder, joder, joder, joder, joder, joder,
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joder, vaya chusma.

martes, 29 de enero de 2013

Estulticia

¿De verdad se creen sus propias mentiras? ¿Nos creen tan imbéciles? Si, deben tomarnos por idiotas y, para mentir con tanto descaro, deben creerse sus propias fábulas.
Todas las informaciones sobre chorizos, corruptos, abusadores y demás gentuza, que diariamente inundan nuestros periódicos, emisoras de radio y televisiones, no pueden responder únicamente a una conspiración contra el gobierno del PP, el de CiU, la Monarquía  o cualquiera otra institución o partido atrapado en las redes de la corrupción. Algo de verdad debe haber.
Y sin embargo, los señalados esparcen la mierda en lugar de actuar. Y tú más, suele ser la respuesta más utilizada. Hasta que no se demuestre la culpabilidad judicialmente son inocentes, eso nadie lo duda. La presunción de inocencia es la base sobre la que se sustenta nuestra sociedad, pero ¿qué hay de las responsabilidade políticas? Ni se las conoce, ni se las espera. Con esa presunción de inocencia, que debemos respetar, y la impunidad que les confieren sus cargos, los dirigentes  políticos se ponen ante los micrófonos y defienden lo indefendible, con tanta cara dura que duele escucharles.
Si creemos sus palabras vivimos en el país de jauja, no hay otro mundo mejor que el que disfrutamos. Entonces, ¿por qué preocuparse? La Ministra de Trabajo, sale en televisión cantando alabanzas a la reforma laboral que nos ha llevado a los seis millones de parados, y seguimos sumando. Un gran logro del Gobierno de Mariano Rajoy, sin duda. Se vislumbran brotes verdes, (¿de qué me suena?).  El 2013 saldremos de la crisis (JAJAJAJA). El secretario de organización del PP asegura, en un mitin, que su partido es el único que no ha sido condenado por corrupción y no pasa nada, es verdad, ninguna sentencia judicial se ha dictado contra ellos; contra otros sí, y también verdad. Y los oyentes, se supone que todos seguidores de la derecha, le aplauden a rabiar, porque lleva razón. Mientras un juez no lo diga, son inocentes.
Resulta impresionante como la derecha ha conseguido culpabilizar de sus pecados a todo bicho viviente. El caso Bárcenas, la Gürtel, caso Pallerols, ITV, Palau de la Música, etc, son pesadillas que desaparecerán cuando consigamos despertarnos de este mal sueño. En todos los casos de corrupción desenmascarados hasta el momento no existen responsables políticos; no ya culpables, que eso es algo que tiene que dilucidar la Justicia. Aquí nunca dimite  nadie, ni siquiera los que afirman con rotundidad que lo harán si se descubre alguna anormalidad entre los suyos. En esa categoría puede incluirse secretarios generales y presidentes, entre otros cargos, y todos siguen al pie del cañon a pesar de sus bravatas.
Tampoco es cierto que les ampare la necedad, la ignorancia o la tontería, les salva un sistema democrático cada vez más deteriorado y con más desafectos, no en vano muchos de los dirigentes actuales tienen profundas raíces ancladas en el régimen anterior y les importa muy poco lo que le ocurra a la democracia. Algunos de esos pájaros, más de los que parece, volarían más alegres en un sistema impune, donde los periodistas no dieran cuenta de sus fechorías con tanta frecuencia, un régimen donde se callaran las bocas por real decreto. 
Aunque bien pensado, los gobiernos, central y autonómicos, utilizan los reales decretos con tanta ligereza que los Parlamentos, donde existen mayorías absolutas, se han convertido en lugares de reunión donde algunos van a pegar la hebra, porque las leyes, las verdaderamente importantes, se cuecen y redactan en los salones de palacio, sea la Moncloa, la Generalitat o el Palacio de Fuensalida y, acto seguido, salir a la palestra para convencernos de que lo hacen por nuestro bien, que a ellos les duele tanto como a nosotros.
Ya lo decía mi madre: quien bien te quiere, te hará llorar.

viernes, 25 de enero de 2013

¿El circo? También

Vamos de sorpresa en sorpresa. A cual más desagradable.
¿La última? El erario público se hará cargo de los créditos subscritos por los clubs de futbol de la Comunidad Valenciana. Valencia, Hércules y Levante suman una deuda de 180 millones de Euros que no van a poder devolver, millones de los que se hará cargo la Generalitat Valenciana, que les avaló.
No es sólo que los contribuyentes debamos salvar a los bancos, empresas privadas que han estirado más el brazo que la manga, porque según nos aseguraron la supervivencia del sistema económico dependía de ellos, y sin contrapartidas, que es lo más grave. Ahora se van a salvar de la desaparición tres equipos de futbol, otros que han realizado más gastos de los que debían. Y tampoco se les va a dejar desaparecer pues, como en su día afirmó Alvarez Cascos, el futbol es de interés nacional.
En este país nunca jamás se castiga a los defraudadores. Ya hubo un verdadero estallido social cuando dos equipos de primera con deudas importantes, Celta y Sevilla en 1995, fueron administrativamente descendidos a Segunda B, fueron tantos los seguidores que salieron a la calle para protestar que, finalmente, la Federación tuvo que dar marcha atrás.
Los equipos de primera y segunda división de la liga española acumulan una deuda de miles de millones, sin embargo eso no parece preocupar a los presidentes de los clubs, ni a las autoridades económicas. Cuando es necesario se les echa una mano en forma de recalificación de terrenos. Así se hizo con el Real Madrid y con el Espanyol no hace tantos años, lo que llenó las arcas de esos clubs pero, como los dirigentes deportivos suelen ser unos manirrotos, las enormes ganancias desaparecieron con la misma rapidez con la que llegaron. ¿Por qué nadie les pide responsabilidades?
Y lo que es más importante, ¿por qué tenemos que hacernos cargo de la megalomanía de los presidentes de los clubs de futbol? Si esos señores quieren despilfarrar el dinero de la sociedad deportiva que presiden, o el suyo propio, ningún comentario que hacer si los socios se lo permiten. Pero subvencionarlos con dinero público es una aberración.  El sr. Camps, ex presidente de la Generalitat, les hizo un traje a medida a los equipos de su Comunidad, y un agujero en la faltriquera de todos los españoles.
Me niego a creer que los dirigentes políticos de este país sean tan descerebrados como para apoyar proyectos tan ruinosos. Algo más habrá escondido detrás de tanta generosidad. Los romanos, en el siglo II antes de nuestra era, descubrieron que el circo era una buena terapia para el pueblo irascible y hambriento, además del circo, regalaban pan a sus ciudadanos. El PP nos regala circo, cinco de los siete días de la semana la televisión retransmite algún partido, pero el pan se lo quedan todo para ellos.

miércoles, 23 de enero de 2013

Pudor

Una de las explicaciones más delirantes que he escuchado sobre los orígenes de esta estafa que estamos padeciendo, dirigida por banqueros y políticos, la escuché hace un par de días en un programa de radio. Un oyente, joven, creo recordar que pequeño empresario de éxito, achacaba la crisis a NUESTROS PADRES, toma ya, por habernos enseñado que ser propietario de una vivienda era mejor que vivir alquilado en la de otro, lo que había contribuido a la burbuja inmobiliaria; y por obligarnos a estudiar, lo que había conducido inexorablemente al aumento de precios y salarios, al haber despreciado la formación profesional y apostado por la enseñanza superior. Un análisis digno de todo un analfabeto con olfato para los negocios que, seguramente, debería haber escuchado el consejo paterno y dedicado alguna hora al estudio.
Los deseos de nuestros padres, cuando menos los míos, por el acceso a la educación universitaria de sus vástagos, no era debido al desprecio por las profesiones manuales, sino por venir de donde venían. Ellos, que habían empezado a trabajar siendo niños, habían sido explotados por caciques sin alma, habían perdido una guerra en la que los más preparados fueron expatriados o fusilados, vivieron una dictadura tremendamente injusta y represora, trabajaron por un sueldo miserable, cuando no se vieron forzados a emigrar a Europa para sobrevivir; ellos no querían que sus descendientes vivieran las mismas experiencias traumáticas y, con muchísimo sacrificio, lograron darnos una educación con la que ellos jamás pudieron soñar. No porque despreciaran los oficios, formación profesional la llaman hoy en día, casi todos ellos eran carne de cañón, mano de obra dócil y barata, labradores y pastores que buscaron con la emigración vencer la hambruna en la que vivían, encadenados a un campo improductivo y unos animales famélicos, pues, en su  "bendita ignorancia", pensaban que el conocimiento nos haría libres.
Aquellos miserables, que no tenían donde caerse muertos, llegaron en oleadas desde las aldeas de toda España, trabajaron en fábricas, talleres y obras más horas que el mismísimo reloj para adquirir una vivienda en los arrabales endeudándose hasta la cejas. Para dignificar un poco sus propias vidas, y legarles algo más que hambre y sacrificios a sus hijos, trabajaron como esclavos, y así se lo pagan algunos, culpabilizándoles por intentar proporcionarnos una vida un poco mejor. 
Los responsables de la crisis no han sido los humildes trabajadores deseosos de esa vida humanizada, han sido los especuladores, los empresarios del ladrillo que olieron el dinero fácil, los banqueros ávidos de poder, que olvidando los principios de la ética y de la decencia,  concedieron créditos inverosímiles a 30 y 40 años, los políticos populistas que se embarcaron en obras faraónicas pensando más en el rédito político que en la utilidad. Los mismos que van a salir de la actual situación reforzados, económica y moralmente, porque han conseguido hacer creer, a los que más sufren el frenazo económico, que son los únicos responsables por necesitar médicos, enfermeras, maestros, asistentes sociales, funcionarios, pensiones, hospitales, escuelas, universidades, ambulancias, medicamentos, carreteras, autopistas, trenes de alta velocidad o aeropuertos, y no hay dinero para todo ni, mucho menos, para TODOS. Como si el dinero saliera de sus bolsillos y no del de los contribuyentes, más de los que menos tienen, por cierto. 
Es la razón que esgrimen nuestros gobernantes, gestores del patrimonio nacional, para trocear y vender, al mejor postor, lo que es de todos. Lo construido a base de años, y de esfuerzo de toda la sociedad, va a ir a parar a las manos de unos pocos, los mismos que ya lo tienen casi todo. Van a privatizar el estado del bienestar en beneficio de unos pocos, perjudicando a los muchos.
¿Alguien se imagina lo que dirían los Rajoy, González, Aguirre, Más, Nuñez Feijoo, Herrera, Cospedal, de turno, si el administrador que eligieron para gestionar su patrimonio personal lo troceara y vendiera, sin su beneplácito, entre conocidos y amigos? ¿Por qué entonces dilapidan el patrimonio nacional sin permiso y sin el mínimo rastro de pudor?

domingo, 20 de enero de 2013

Basta ya, esto va a estallar

No. Ya no hay quien les crea. 
Y por si fuera poca su estulticia, nos toman por idiotas. ¿Quién se va a creer que, si el señor Bárcenas entregaba sobresueldos en dinero negro a los dirigentes del partido, ni el presidente del mismo, ni la secretaria general, con mando en plaza, recibieran su parte o desconocieran el procedimiento? Vamos, anda.
En tiempos de Aznar, el PP sufrió lo que calificaron de acoso en sus sedes por habernos metido en una guerra ilegal, ahora las concentraciones, menos multitudinarias pero más significativas, se convocan para protestar por la corrupción de unos gobernantes insensibles que, mientras nos obligan a apretarnos el cinturón, aprovechan para llenarse los bolsillos con el dinero público. Mala imagen, muy mala imagen.
No hay dinero para educación, ni sanidad, ni justicia, ni pensiones, ni créditos para la mediana y pequeña empresa, mucho menos para los particulares, y ahora resulta que en política, quien más quien menos, tiene cuenta abierta en Suiza con unos cuantos milloncetes para los tiempos difíciles.
Amenazan con mano dura si descubren porque saben a ciencia cierta que no van a descubrir. Bárcenas, a pesar de haber sido apartado del partido, sigue disfrutando de despacho en Génova, seguramente para gestionar mejor el capitalito que había acumulado y con el que, siempre según la denuncia de El Mundo, pagaba sobresueldos. Aquí, quien no corre, vuela, y entre los primeros espadas de la política nacional, pocos deben ser los que no ha hecho su agosto desde el poder. Las denuncias de la prensa han sido muchas, las investigaciones pocas y las sentencias menos. A nadie, repito, a nadie, responda a la ideología que responda, le interesa tirar de la manta porque iban a quedar al descubierto demasiadas vergüenzas.
El pueblo les castigará en las próximas elecciones, dicen los crédulos, sabiendo que eso no va a ocurrir, nunca ha sido así. La corrupción en este país no paga rédito electoral, ni la corrupción ni la mentira. Va a resultar que al final los únicos no corruptos somos los que a nadie interesa comprar. Los que no tenemos poder, ni gestionamos dinero público, ni creamos opinión, esos no interesamos a los corruptores.
Ya va siendo hora que los electores se manifiesten. Porque hoy nos rasgamos las vestiduras al leer las noticias sobre Bárcenas, como ayer lo hicimos con la Gurtel, con la PSV o con Banca Catalana, pero si en las próximas elecciones legislativas otorgamos nuestra confianza a los mismos de siempre, vamos a tener que callarnos.