¿De verdad se creen sus propias mentiras? ¿Nos creen tan imbéciles? Si, deben tomarnos por idiotas y, para mentir con tanto descaro, deben creerse sus propias fábulas.
Todas las informaciones sobre chorizos, corruptos, abusadores y demás gentuza, que diariamente inundan nuestros periódicos, emisoras de radio y televisiones, no pueden responder únicamente a una conspiración contra el gobierno del PP, el de CiU, la Monarquía o cualquiera otra institución o partido atrapado en las redes de la corrupción. Algo de verdad debe haber.
Y sin embargo, los señalados esparcen la mierda en lugar de actuar. Y tú más, suele ser la respuesta más utilizada. Hasta que no se demuestre la culpabilidad judicialmente son inocentes, eso nadie lo duda. La presunción de inocencia es la base sobre la que se sustenta nuestra sociedad, pero ¿qué hay de las responsabilidade políticas? Ni se las conoce, ni se las espera. Con esa presunción de inocencia, que debemos respetar, y la impunidad que les confieren sus cargos, los dirigentes políticos se ponen ante los micrófonos y defienden lo indefendible, con tanta cara dura que duele escucharles.
Si creemos sus palabras vivimos en el país de jauja, no hay otro mundo mejor que el que disfrutamos. Entonces, ¿por qué preocuparse? La Ministra de Trabajo, sale en televisión cantando alabanzas a la reforma laboral que nos ha llevado a los seis millones de parados, y seguimos sumando. Un gran logro del Gobierno de Mariano Rajoy, sin duda. Se vislumbran brotes verdes, (¿de qué me suena?). El 2013 saldremos de la crisis (JAJAJAJA). El secretario de organización del PP asegura, en un mitin, que su partido es el único que no ha sido condenado por corrupción y no pasa nada, es verdad, ninguna sentencia judicial se ha dictado contra ellos; contra otros sí, y también verdad. Y los oyentes, se supone que todos seguidores de la derecha, le aplauden a rabiar, porque lleva razón. Mientras un juez no lo diga, son inocentes.
Resulta impresionante como la derecha ha conseguido culpabilizar de sus pecados a todo bicho viviente. El caso Bárcenas, la Gürtel, caso Pallerols, ITV, Palau de la Música, etc, son pesadillas que desaparecerán cuando consigamos despertarnos de este mal sueño. En todos los casos de corrupción desenmascarados hasta el momento no existen responsables políticos; no ya culpables, que eso es algo que tiene que dilucidar la Justicia. Aquí nunca dimite nadie, ni siquiera los que afirman con rotundidad que lo harán si se descubre alguna anormalidad entre los suyos. En esa categoría puede incluirse secretarios generales y presidentes, entre otros cargos, y todos siguen al pie del cañon a pesar de sus bravatas.
Tampoco es cierto que les ampare la necedad, la ignorancia o la tontería, les salva un sistema democrático cada vez más deteriorado y con más desafectos, no en vano muchos de los dirigentes actuales tienen profundas raíces ancladas en el régimen anterior y les importa muy poco lo que le ocurra a la democracia. Algunos de esos pájaros, más de los que parece, volarían más alegres en un sistema impune, donde los periodistas no dieran cuenta de sus fechorías con tanta frecuencia, un régimen donde se callaran las bocas por real decreto.
Aunque bien pensado, los gobiernos, central y autonómicos, utilizan los reales decretos con tanta ligereza que los Parlamentos, donde existen mayorías absolutas, se han convertido en lugares de reunión donde algunos van a pegar la hebra, porque las leyes, las verdaderamente importantes, se cuecen y redactan en los salones de palacio, sea la Moncloa, la Generalitat o el Palacio de Fuensalida y, acto seguido, salir a la palestra para convencernos de que lo hacen por nuestro bien, que a ellos les duele tanto como a nosotros.
Ya lo decía mi madre: quien bien te quiere, te hará llorar.