Charlas en el cerrillo quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos interesados en la palabra escrita. Aquí tendrán cabida ideas, pensamientos, opiniones, anécdotas y relatos. Porque muchas veces las ideas más acertadas, los pensamientos más ingeniosos, las opiniones más certeras y las anécdotas más divertidas acaban perdiéndose por no tener un foro donde ponerse negro sobre blanco. También los relatos, cuando no se dispone de editor, terminan arrinconados en un cajón, razón por la cual muchas buenas historias jamás serán leídas.

martes, 30 de abril de 2013

Racionalizar vs Recortar

No. No es lo mismo racionalizar que recortar. Eso lo sabe muy bien el gobierno. Para recortar no hace falta pensar demasiado, se mete la tijera por aquí y por allá y se rebajan gastos casi de inmediato, poco importa los daños colaterales que se produzcan, lo importante es alcanzar el objetivo, o hacer creer que se alcanza, además si recortamos en sanidad y educación pública, es un decir, siempre podemos decir digo donde dijimos Diego cuando nos interese.
Racionalizar, por contra, necesita de mucho pensar y de distribuir adecuadamente los recursos entre toda la población afectada, para lo cual han de marcarse unas líneas de máximos y de mínimos infranqueables para todos. Las excepciones, que también se darían, porque el sistema nunca puede ser perfecto, serían, sin embargo, mucho más evidentes y podríamos reclamar ante los organismos competentes en caso de fraude.
Así, el PP, y la troika comunitaria, imponen los recortes en materia de derechos sociales para los más necesitados, pero no tienen inconveniente en saltarse esos recortes cuando les conviene y donde les interesa.
¿Por qué se han invertido más de 100.000 millones de euros para salvar la banca mientras se hunde en la misera a miles de familias? ¿Cuántos puestos de trabajo se habrían salvado utilizando esa cantidad directamente en inversión pública? ¿Por qué se mantienen los conciertos con la educación privada, incluso mejorándolos y se recortan prestaciones en la pública? ¿Por qué siguen manteniéndose conciertos con hospitales y clínicas privadas y se suprimen prestaciones en la sanidad pública? Si el nuestro es un reino laico ¿por qué se mantiene el concordato que nos legó Franco con la Santa Sede? ¿Por qué se acusa a los antiguos gobernantes de despilfarro cuando los actuales cobraban dinero B con total impunidad? ¿No existe ni un sólo gestor que no haya metido la mano en la caja? ¿Por qué los delitos económicos que se descubren casi diariamente no son motivo de dimisiones, descalificaciones, investigación y cárcel? ¿Cómo puede ser que el Tribunal de Cuentas lleve un retraso de más de un lustro en la revisión de las cuentas de los partidos políticos y ni siquiera haya intuido lo que estaba ocurriendo? Ahora que han descubierto que el análisis de Carmen Reinhart  y Kenneth Rogoff, sobre la austeridad, se basa en números erróneos ¿cambiará la política económica europea? ¿Cómo pueden ser considerados eminencias mundiales dos economistas que no saben sumar y olvidan añadir datos a la adicción en tema tan trascendental? ¿Habría aprobado en examen de ingreso en Económicas un estudiante que no supiera sumar?
Demasiadas preguntas sin respuesta.
Mientras don Mariano, el recorto, sigue escondido detrás del plasma, su vicepresidenta SS de S y los ministros de lo económico son los encargados de recordarnos que el paro seguirá creciendo y la economía no empezará a repuntar hasta..., hasta que repunte. Pero eso sí, ellos tranquilos, porque ponerse nerviosos no lleva a ninguna parte.
Pues eso, si eres uno de los 6.200.000 parados, uno de los integrantes de la generación mejor preparada que prefiere emigrar antes que morirse de hambre o estás a punto de jubilación, confíate a Dios, porque el PP no tiene soluciones, si no es la de seguir hundiendo la economía nacional. 
Hasta en eso nos mintió.