Charlas en el cerrillo quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos interesados en la palabra escrita. Aquí tendrán cabida ideas, pensamientos, opiniones, anécdotas y relatos. Porque muchas veces las ideas más acertadas, los pensamientos más ingeniosos, las opiniones más certeras y las anécdotas más divertidas acaban perdiéndose por no tener un foro donde ponerse negro sobre blanco. También los relatos, cuando no se dispone de editor, terminan arrinconados en un cajón, razón por la cual muchas buenas historias jamás serán leídas.

martes, 27 de noviembre de 2012

Menos Mas

Si. Ha sido la voluntad de todo un pueblo la que ha decido restar apoyo al candidato a la Presidencia de la Generalitat, Artur Mas. Porque no se trataba de un plebiscito sobre la independencia, un tema que debe tratarse en profundidad y con la tranquilidad de espíritu suficiente para aunar fuerzas en lugar de dividirlas, sino una convocatoria para renovar el Parlament, y así lo ha entendido la ciudadanía.
Al calor de la gran manifestación de la Diada, Artur Mas ha intentado convertirse en el líder que Cataluña necesita para independizarse, olvidándose de que los líderes nacen, no se hacen, menos en tres meses, y cuando nunca antes, ni tampoco después, ha apostado abiertamente por la independencia. Ha querido ocupar el espacio político que defienden ERC, y otros grupos menores, con mayor vehemencia y muchas más coherencia, desde hace mucho tiempo, y le ha salido el tiro por la culata.
Su adelanto de las elecciones, debido más al fracaso de su programa político y económico que al sobrevenido independentismo, ha configurado un Parlament donde los acuerdos serán más difíciles, porque la pérdida de escaños debilita al partido gobernante, quien, no lo olvidemos, ha sacado adelante los dos presupuestos (2011 y 2012), de la truncada legislatura, con el apoyo del PP, y porque ha reforzado a la oposición a la hora de negociar. Ha conseguido exactamente lo contrario de lo que deseaba: hacer ingobernable Cataluña.
Negociar un gobierno de coalición con el PP, en estos momentos y tal como han ido las cosas, es un suicidio político del candidato y del propio partido, cuyos militantes no comprendería que se apoyase, como ha venido haciendo, en quienes le negaron el pan y la sal. Hacerlo con ERC parece la solución más lógica pero, aparte el independentismo, pocos son los puntos de coincidencia, y ninguna de las formaciones parece, por el momento, muy dispuesta a renunciar a su programa político y económico, por otra parte, tan distanciados. CiU sigue pensando en que para atajar la crisis es necesario continuar con la política de austeridad y ERC cree que la crisis no deben pagarla únicamente los más débiles. La tercera fuerza en liza, el PSC, parece tan deshilvanado que, prestándose a hacer de comparsa acabaría por desaparecer totalmente del panorama político, no le quedan fuerzas ni carisma para discutir de tú a tú el programa de CiU, la suma de dos perdedores no da como resultado un vencedor. Los demás partidos carecen del número necesario de escaños para configurar una mayoría suficiente. Siempre puede gobernar en minoría, con acuerdos puntuales, como venía haciendo hasta la convocatoria de elecciones, pero para este viaje no eran necesarias tantas alforjas.
Un poco más de humildad en los tiempos que corren es recomendable para todos, más para los políticos.  Las peleas de gallos son ilegales en el Estado español, las de los gallos políticos deberían serlo. Por un quítame allá esas pajas convocan elecciones, crispan el debate político, enfrentan al electorados y son incapaces de reconocer los propios errores.
Ahora la pregunta resulta evidente: ¿cuándo las próximas elecciones?

lunes, 26 de noviembre de 2012

¿De qué se ríen?

¿Sabes de qué se ríenDe nosotros. 
Como no podía ser de otra manera. Dada la poca repercusión social que están teniendo los recortes en materia social, el poco impacto del decreto sobre desahucios, las nuevas tasas sobre la justicia, y lo que nos queda, morenos; es normal que se rían de nosotros y en nuestra cara.
La derecha está contenta, ¿no había de estarlo? Todo le sale bien, ganan elección tras elección con amplias mayorías, pese a las quejas de los contribuyentes, y la oposición se diluye como el hielo en agua caliente. Y, sin nadie que les haga sombra, acaban con los logros sociales de un plumazo, porque nada les importamos. Además, tienen la desvergüenza de acusar a los demás de hacer lo mismo que ellos hacen, y tienen la gran suerte de poder echar las culpas de todos los males a los antiguos gestores de la cosa pública, lo mismo que hacemos todos. Si podemos esparcir la mierda, por qué vamos a cargar solos con ella.
Es necesaria una regeneración de la política y de la vida. Pero, sobre todo, de la vida. El problema, como creo haber expresado con anterioridad, no es la corrupción, si no que TODOS podemos ser corruptos, sólo necesitamos alguien que nos corrompa. Habría que volver a los valores tradicionales, aunque suene casposo, porque sólo así podremos recuperar el futuro que nos están robando.
Si el poder político se lo quedan ellos, y el poder judicial también, ¿qué nos queda? La Justicia, debería ser ciega y la balanza que sostiene en su mano decantarse en función de las pruebas, sin embargo, el Sr. Ruiz Gallardón, el más progresista de los de derechas, que decían en Madrid, siendo alcalde de la ciudad y antes como presidente de la Comunidad, ha perpetrado una reforma de la Justicia que no gusta a nadie, ni a jueces, ni a abogados, ni a funcionarios, ni a usuarios, por lo que representa de retroceso en el acceso a la Justicia, si, con mayúsculas. Si alguien se había creído aquello de que la justicia era igual para todos, estaba equivocado. Ahora, con la gallarda reforma de Gallardón, muestra su verdadera cara: la justicia para quien se la pueda pagar, como siempre ha sido. La primera muestra: dejan libre al responsable de la mafia china por un "error", mientras continúan los desahucios de los desgraciados que no tienen dinero para pagar la hipoteca. Para acabar con la demora en los juzgados, aumentemos las tasas, que los pobres no puedan divorciarse, ni reclamar una multa, ni litigar por cualquier motivo. En lugar de nombrar más jueces, limitar el acceso a ellos con tasas. Claro que aumentar el número de magistrados podría ser contraproducente,  podrían tratar de investigar lo que a nadie le interesa que se investigue.
Ole, la España de pandereta. Así nos luce el pelo. 

lunes, 19 de noviembre de 2012

Encuesta

Encuesta de Metroscopia publicada por el diario El País, 18.11.2012
Las encuestas sobre intención de voto son siempre una aproximación, y las aparecidas ayer en diversos medios de comunicación indican que CiU, lejos de alcanzar la mayoría absoluta, mantiene el número de escaños pero desciende en porcentaje de votos, lo que, visto lo visto, representa un retroceso, un palo en las ruedas del carro del President Mas, por cuanto tendrá que pactar con otras fuerzas políticas para continuar con su política de recortes y su "proyecto" independentista. Para los recortes contará con el inestimable apoyo del PP, presumible segunda fuerza en el Parlament, y para el independentismo con el de ERC, sin lugar a dudas. ¿A quién se acercará más Mas?
La lectura atenta de la encuesta revela la estabilidad de las fuerzas conservadoras, que no sufren ningún castigo por sus políticas antisociales, y la volatilidad del voto progresista que se reparte entre pequeños grupos que entran y salen del Parlament a tenor del humor de los electores.
También es cierto que lo que parecía una victoria arrolladora de CiU tras su apuesta soberanista, no ha calado tan profundamente en la sociedad como pretendían. Sí ha crispado las opiniones de cronistas, tertulianos y gentes de a pie, pero, cuando menos aparentemente, tampoco se necesitaban tantas alforjas para tan poco bagaje. 
Que existe un sentimiento independentista en Cataluña es evidente, que abarca diferentes generaciones también, que es transversal está claro, pero que la mayoría de la ciudadanía no está por la labor es indudable. Y, si muchos dudan, es porque no confían plenamente en el líder. Otro con más carisma, con más credibilidad y con más eficacia, habría aglutinado a más fuerzas a su alrededor. 
El domingo, cuando la tendencia se confirme, o se rompa, habrá que salir a la palestra y tomar decisiones. Todos pretenderán haber ganado. Ninguno reconocerá errores ni derrotas, por muy evidentes que sean los unos y las otras. Mientras llega el día de votar, reflexiona. Ni el voto, ni el votante se equivocan nunca, quienes yerran son los políticos que interpretan la voluntad del pueblo.

domingo, 18 de noviembre de 2012

Más mentiras, es la guerra


Las mentiras continúan. Hubo quien albergó la esperanza de que la reunión entre Gobierno y oposición iba a solventar el problema de los desahucios, sin embargo no sólo no llegaron a ningún acuerdo, sino que han conseguido la opinión unánime de todos: es otra nueva mentira. Porque no se terminan los desahucios, ni los incrementos de la deuda por los intereses, ni siquiera se paraliza el lanzamiento, simplemente se aplaza dos años. ¿Por qué no se acepta la dación en pago de la deuda? Dicen que por la presión de la banca. Pero bueno, si ya les estamos pagando la crisis en la que nos han metido por su avaricia, qué más quieren, ¿todo? Claro que, con los políticos que tenemos, todos ellos deudores de la banca, por la de préstamos que les han condonado, no es de extrañar que no quieran privar a sus amos de los privilegios que han acumulado a lo largo de los años.
Se necesita, y con urgencia, una regeneración de la clase política. No hace falta que sean honrados, sólo que pongan freno a su amor al dinero. Aquí hay suficiente para todos si se distribuye con cierta equidad, no hace falta que se reparta a partes iguales, sería aceptable, incluso que se hiciera proporcionalmente, pero lo que resulta inaceptable es que quieran apoderarse de todo. A eso hay que ponerle freno. Y, si nuestros representantes en el Gobierno no están por la labor, ni la oposición tampoco, tal vez vamos a tener que plantearnos una solución diferente. Cuál sea la solución dependerá de la opinión de la mayoría.
Pues no va la ex-Ministra de Vivienda (@matrujil) con Zapatero y se descuelga con un twuit donde exhorta a los endeudados a que paguen sus deudas. Qué más quisieran ellos que cumplir con sus compromisos para no verse durmiendo bajo un puente, o en un cajero automático. Los políticos, como las piedras, no tienen alma, y se les nota cuando abandonan los cargos públicos para encaramarse al consejo de administración de alguna empresa privada, a la que ya favorecieron desde el despacho oficial, como también se les nota a micrófono abierto cuando dicen lo que nunca dirían si supieran que les iba a escuchar alguien más que el interlocutor que les ríe la gracia. Sin alma, y sin corazón, no tienen problemas en mentir a sus votantes, porque saben que los fieles se lo perdonarán todo, y los demás nunca les van a votar. Así nos luce el pelo.
Con políticos como estos, poco futuro nos espera. Ni la izquierda, ni la derecha, si es que existen como tales, van a solucionar el problema. Seguirán poniendo parches para hacernos creer que actúan y resuelven, todo mentira. Seguirán obedeciendo a la voz de su ama que, desde Berlín, reclamará severos ajustes y más austeridad hasta que la Gran Alemania recupere la plusvalía de las inversiones realizadas en el extranjero. Mientras los griegos seguirán esperando las indemnizaciones pendientes desde el año 1945 y empobreciéndose porque no pueden hacer frente a las deudas contraídas en la última década.
El mundo es de los ricos, y de los espabilados. ¿Que no?


jueves, 15 de noviembre de 2012

Yo también estuve allí

Ahora estamos en la guerra de cifras, pero ayer, si no en la huelga, difícil de comprobar, aunque Cañete, tan locuaz como siempre, dijo haber contados los de su ministerio uno a uno, por lo menos en las concentraciones de la tarde hubo muchas, muchísimas personas. Como soy de letras, no apunto ningún número, no me vaya a pasar como al Govern Catalá, que en la Diada aventuró una cifra para un Passeig de Gràcia lleno y hoy la rebaja en varios cientos de miles. Pero sí, hubo muchos asistentes, muchas familias paseando su indignación, muchos colectivos diferentes gritando sus reivindiciones, muchas personas indignadas con la política económica que nos marcan desde Berlín, Bruselas, Madrid o Barcelona, lo mismo da, que da lo mismo. 
Lo cierto es que, cada vez más, el ciudadano de a pie, el que sufre los recortes está más molesto, no sólo porque no le ve salida a la crisis, si no porque, además, está cansado de quienes nos han llevado a esta situación están sacando provecho.
Durante la crisis de 1929 eran los banqueros y los especuladores los que saltaban por la ventana para poner fin a sus días porque no encontraban soluciones, en la crisis actual los desesperados, los que nada tienen, son los que se precipitan contra el asfalto. Al contrario del capital, que aprende de sus errores, los pueblos parecen condenados a repetirlos una vez y otra . Más si los gobiernos, y los gobernantes, se inclinan hacia el lado de los fuertes, que es lo que está ocurriendo ahora.
Mientras los más desfavorecidos saltan por la ventana, incapaces de solucionar sus problemas económicos, los partidos de izquierda, si quedan, parecen aletargados y, mientras se lamen sus heridas, siguen sin reaccionar. Un viejo sindicalista me dijo ayer, durante la marcha, que daba igual si gobierna el PP o el PSOE, la política seguirá siendo la misma, porque viene marcada desde Europa. 
Por eso mismo, desde la izquierda, toda la izquierda, debería empezar a plantearse un movimiento social que englobe a todos los colectivos que piensan que otro mundo es posible, no para enfrentarse a Europa, sino para hacer cambiar el paso a las autoridades europeas. Va siendo hora ya de dejar de mirarse el propio ombligo y buscar a quienes, lo mismo que nosotros, piensan que aún estamos a tiempo de salvar los muebles. Vamos a unir fuerzas en lugar de dividirlas. 
Ya, ya sé que eso de unir se entiende mal en este momento. Pero la única manera de recuperar el control de la economía es un gran pacto de izquierdas que devuelva la soberanía al pueblo. Que no sean los bancos, nacionales o extranjeros, quienes dicten las políticas económicas a seguir. 
Este pensamiento puede sonar casposo y trasnochado, superado por la  modernidad, pero qué si no están reclamando los diferentes colectivos de indignados.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Huelga la huelga?

¿Era necesaria una segunda huelga general en menos de un año? ¿Se conseguirá algo con ello? ¿Puede permitirse el país un nuevo paro? Según quién responda a las preguntas dirá que sí, o dirá que no. Y no me refiero a las distintas opiniones de un trabajador y de un empresario, seguramente entre los mismos trabajadores habrá muchos a favor de la huelga y muchos en contra. ¿Por qué esa diferencia de criterio si se trata de asalariados? Porque cada cual entiende el mundo según le va a él personalmente. Hemos dejado de pensar en los demás, pero, sobre todo, hemos dejado de pensar en el futuro. Vivimos el presente y lo disfrutamos sin que, al parecer, nos importe el mañana, ni el futuro de las generaciones que nos siguen. Aunque tal vez, la ceguera ante el mañana, sea solamente consecuencia del miedo al porvenir. Como tememos convertirnos en los próximos parias hemos adoptado la filosofía de la cigarra: disfrutemos ahora que podemos.
Por eso jugamos al escondite en la empresa y en la calle. Si pasamos desapercibidos, nadie se fijará en nosotros, ni para lo bueno, ni para lo malo. Si no nos significamos, no nos crearemos enemigos, así iremos pasando la vida hasta llegar al final. Esa actitud, que podemos identificar como la del avestruz, no nos libra de los peligros, lo único que consigue es que no nos demos cuenta de los cerca que caminamos del abismo.
Posiblemente nada se consiga manifestándose, ni con la huelga, ni con la desobediencia civil pero, lo que sí es seguro, es que el inmovilismo es muchísimo más perjudicial. Aunque nos parezca que la movilización ciudadana no hace mella en los gobernantes, no es verdad. A pesar de sus declaraciones despreciativas hacia los manifestantes y descalificadoras de los acontecimientos, lo cierto es que, la huelga general, les afecta y mucho. Más cuanto más virulentas son sus declaraciones públicas.
Esta, además, es una huelga europea por cuanto se celebra a la vez en varios países de la CEE. Y va a servir, claro que va a servir. Por lo menos servirá para decirle a Bruselas: basta ya. Basta ya de recortes, basta ya de abusos, basta ya de atacar siempre a los débiles. Los países del sur, los que ellos llaman PIGS, se están cansando de mantener el status quo de los del norte, de ayudar a los bancos del norte de Europa, los que se han enriquecido con la especulación del ladrillo, los que ahora nos someten a duras pruebas. Por lo menos vamos a decirle a Frau Merkel que estamos hartos de apretarnos el cinturón para que sus bancos no pierdan lo invertido.
La huelga no huelga, era necesaria. Y si con esta no se nos escucha, harán falta más, hasta que los oídos de los políticos, españoles, los alemanes y europeos, escuchen lo que los necesitados tenemos que decirles: otra Europa es posible. Y lo conseguiremos si todos empujamos del mismo lado.

martes, 13 de noviembre de 2012

¿Cautivos y derrotados?

El derrotismo se ha apoderado de los ciudadanos.
Las noticias sobre nuevos recortes sociales se reciben con desánimo y con la certeza de que nada se puede hacer para evitarlos. La sociedad carece de ánimos para enfrentarse a lo que percibe como irremediable. ¿De verdad lo es? Tal vez eso es lo que han conseguido con el miedo y la insistencia. Estamos mal, pero nos podría haber ido peor, dicen los que aún disponen de un sueldo, mientras los que carecen de él parecen resignados a su destino. Tal vez vaya siendo el momento de platearse qué podemos hacer todos unidos.
En tiempos de dictadura hubo en este país personas que se enfrentaron a su destino y lograron cambiarlo, lo consiguieron porque fueron muchos los que apoyaron su lucha pacífica, y se cambiaron cosas porque, aunque pretendan convencernos de los contrario, la unión hace la fuerza. En aquellos tiempos, como saben bien quienes los vivieron, las cosas no eran tan "fáciles" como ahora, no sólo no se respetaban los derechos de los trabajadores, si no que tampoco se respetaban los derechos humanos, y, sin embargo, unos cuantos valientes, a despecho de su vida y hacienda, desafiaron el status quo. Claro que la inmensa mayoría callaba y trabajaba, pero eran muchos los que apoyaban la lucha en silencio.
Hoy día, cuando los derechos humanos se respetan, de mala gana, pero se respetan, los trabajadores han olvidado que su fuerza está en la unidad, por eso, las TDT's y los medios de comunicación de masas más próximos a la derechona, insisten en desprestigiar a los sindicalistas, a los sindicatos, y cualquier movimiento social de oposición. Los actuales sindicatos pueden disgustarnos, pero como afirmó muy acertadamente Fernández-Toxo, secretario general de CCOO, en Tele 5 el sábado 10 de noviembre, "si no os gustan estos sindicatos, cread otros, pero uniros". Porque él sabe bien que la única fuerza que le asiste, como dirigente sindical, reside en la gente que le acompaña.
El pueblo unido jamás será vencido, rezaba un viejo eslogan político, ya casi olvidado. Ahora preferimos envolvernos en banderas excluyentes y aislantes porque preferimos salvarnos nosotros solos antes que hacerlo colectivamente, y así nos va. El futuro será de todos o no será. Individualmente no iremos más allá del lugar de partida. Las utopías están muy bien para los tiempos de bonanza, aunque, inexplicablemente, florecen en tiempos de crisis, seguramente porque la esperanza es lo último que debe perderse, ya que, una vez perdida, nosotros nos perdemos con ella.
Hoy, hablar de solidaridad y unión parece otra utopía más, aunque yo no pierdo la esperanza de que, algún día, pueda hacerse realidad, quizá tengamos que esperar la llegada de un líder carismático, tal vez venga de la mano del reconocimiento de nuestra insignificancia como individuos, pero volverá a escucharse la voz de la mayoría silenciosa; de momento podemos comprobar lo conseguido por la plataforma Stop Desahucios, con sus movilizaciones ha conseguido que Gobierno y Oposición se reúnan para tratar el tema, cuando hace sólo un par de años PP y PSOE rechazaron la propuesta de ERC que apuntaba en la misma dirección: parar los desahucios con la dación en pago de la deuda, como ocurre en los países más democráticos.

viernes, 9 de noviembre de 2012

Te roban el debate

Mucho me temo que la campaña para las elecciones en Cataluña vaya a hurtar el debate sobre los temas candentes y se centre en el independentismo. 
No se hablará de los recortes en sanidad, ni en educación, ni en ayudas sociales, ni en la crisis, ni en los programas políticos. No se hablará del sistema económico que CiU quiere implantar, de hecho hace tiempo que viene aplicando la gestión privada de los recursos públicos, en todos los ámbitos de la vida. Y ese cambio en el sistema, tan radical, se le oculta al electorado y se impone con subterfugios y mentiras. Ya sabemos que al electorado se le considera poco menos que imbécil, incapaz de comprender las ventajas que los cambios van a suponer para sus vidas, pero ocultar las verdaderas intenciones sobre las decisiones ya tomadas es, simple y llanamente, mentir al electorado. Pero, hete aquí, que, de cara al 25N, no hará falta mentir, ni ocultar, ni recurrir a trampas dialécticas, para la próxima cita electoral, en Cataluña, se ha encontrado el Bellocino de oro electoral en forma de canto independentista.
Son muchos los que creen haber visto la luz al final del túnel y se disponen a marchar al matadero alegremente, sin cuestionarse qué hay de verdad en la propuesta soberanista del President Mas. Están tan contentos con los cantos de sirena que, cuando descubran el engaño, habrán extraviado el camino de Ítaca, como le ocurrió a Ulises. 
Dice un dicho castellano: preguntando se va a Roma. Y en Cataluña se quiere llegar a Roma sin preguntar. Sin preguntar para no saber, no vaya a ser que el sueño se rompa antes de despertar. Parece que a nadie le interesa saber qué va a pasar con la enseñanza, ni con la sanidad, ni con los desahucios, ni con las ayudas a la banca, ni con el rescate, ni con nada que nos recuerde de dónde venimos y dónde estamos, sólo interesa el hacia dónde vamos. Lo único que parece interesar a las sirenas cantarinas es convencernos de que, en una Cataluña libre e independiente, no existiría la crisis, como si Cataluña no estuviera en el mundo ni formara parte del modelo capitalista de producción.
Hasta TV3, otrora sinónimo de imparcialidad y rigor, ha terminado convertida en una TDT  cualquiera, informa sesgada y aduladoramente sobre las maravillas del partido en el poder. Para la televisión de Cataluña ya somos todos independientes, ya se han acabado los problemas, ya vivimos en el país de jauja, ya se ha acabado la crisis en la Cataluña libre. 
Ya veremos lo que dicen cuando despierten.
No nos dejemos hipnotizar, exijamos un debate de ideas y programas, que nos expliquen la verdad, que nos aclaren qué piensan hacer, cómo y cuándo, no queremos ni mentiras ni medias verdades. Dejemos de mirar la mano izquierda, la que nos muestra el muñeco que nos atonta, y miremos la mano derecha, la que se guarda nuestros impuestos y se los reparte impunemente. 
Votemos con la cabeza y el corazón, pero si hemos de elegir: hagámoslo con la cabeza.