Charlas en el cerrillo quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos interesados en la palabra escrita. Aquí tendrán cabida ideas, pensamientos, opiniones, anécdotas y relatos. Porque muchas veces las ideas más acertadas, los pensamientos más ingeniosos, las opiniones más certeras y las anécdotas más divertidas acaban perdiéndose por no tener un foro donde ponerse negro sobre blanco. También los relatos, cuando no se dispone de editor, terminan arrinconados en un cajón, razón por la cual muchas buenas historias jamás serán leídas.

domingo, 20 de noviembre de 2011

A cinco días de las elecciones del 20N (publicado Martes 15/11/2011)

¡Qué tiempos aquellos en los que los Secretarios Generales de los sindicatos de clase (CCOO y UGT) pedían el voto de los trabajadores para los partidos de izquierda!
Protagonizaban los mitines junto a los candidatos de sus partidos de referencia (PC y PSOE), y no se avergonzaban de expresar sus ideas y sus preferencias. Pero he aquí que en el 2011, ni CCOO, ni UGT, se atreven a hacerlo, escudándose en recónditos motivos. Tal vez sea porque ya no hay trabajadores, ahora todos son "burguesillos" reclamando los derechos que deberían corresponderles: los de la burguesía.
Porque tienen un piso (hipotecado), un coche (a crédito) y una televisión de plasma (en cómodos plazos) se piensan ricos y famosos, castigan a la izquierda por no haber sabido mantener sus privilegios y votarán a la derecha porque promete devolverles el Paraíso. Y los dirigentes sindicales de izquierda, a quienes les encanta reunirse con la Patronal y el Presidente del Gobierno, les dejan desamparados frente a los medios de comunicación, casi sin excepción de derechas, perdidos entre la maraña de programas y siglas, porque se avergüenzan ¿de qué? O simplemente porque el sindicalismo ya no se lleva y ellos se han convertido en gestores, presidentes de cooperativas de viviendas, agencias de viajes y gabinetes jurídicos, se han alejado de la clase obrera (que sigue existiendo, aunque les pese a los obreros y a los sindicalistas) y prefieren la gestión del patrimonio sindical.
Pero yo reivindico, sigo reivindicando, la unión de los sindicatos de clase y los partidos de izquierda, porque unidos tendrán más fuerza siempre. Luego, cada individuo votará según su conciencia que eso, y sólo eso, es la DEMOCRACIA. Sí, con mayúsculas. Por tanto, desde la izquierda hay que seguir pidiendo el voto para la izquierda, y no avergonzarse por ello.
El número de votos concederá la victoria a unos u a otros pero, por lo menos, que los dirigentes políticos y sindicales se sitúen en las posiciones que deberían tener y no confundan a los trabajadores.

No hay comentarios:

Publicar un comentario