Charlas en el cerrillo quiere ser un lugar de encuentro para todos aquellos interesados en la palabra escrita. Aquí tendrán cabida ideas, pensamientos, opiniones, anécdotas y relatos. Porque muchas veces las ideas más acertadas, los pensamientos más ingeniosos, las opiniones más certeras y las anécdotas más divertidas acaban perdiéndose por no tener un foro donde ponerse negro sobre blanco. También los relatos, cuando no se dispone de editor, terminan arrinconados en un cajón, razón por la cual muchas buenas historias jamás serán leídas.

miércoles, 14 de noviembre de 2012

¿Huelga la huelga?

¿Era necesaria una segunda huelga general en menos de un año? ¿Se conseguirá algo con ello? ¿Puede permitirse el país un nuevo paro? Según quién responda a las preguntas dirá que sí, o dirá que no. Y no me refiero a las distintas opiniones de un trabajador y de un empresario, seguramente entre los mismos trabajadores habrá muchos a favor de la huelga y muchos en contra. ¿Por qué esa diferencia de criterio si se trata de asalariados? Porque cada cual entiende el mundo según le va a él personalmente. Hemos dejado de pensar en los demás, pero, sobre todo, hemos dejado de pensar en el futuro. Vivimos el presente y lo disfrutamos sin que, al parecer, nos importe el mañana, ni el futuro de las generaciones que nos siguen. Aunque tal vez, la ceguera ante el mañana, sea solamente consecuencia del miedo al porvenir. Como tememos convertirnos en los próximos parias hemos adoptado la filosofía de la cigarra: disfrutemos ahora que podemos.
Por eso jugamos al escondite en la empresa y en la calle. Si pasamos desapercibidos, nadie se fijará en nosotros, ni para lo bueno, ni para lo malo. Si no nos significamos, no nos crearemos enemigos, así iremos pasando la vida hasta llegar al final. Esa actitud, que podemos identificar como la del avestruz, no nos libra de los peligros, lo único que consigue es que no nos demos cuenta de los cerca que caminamos del abismo.
Posiblemente nada se consiga manifestándose, ni con la huelga, ni con la desobediencia civil pero, lo que sí es seguro, es que el inmovilismo es muchísimo más perjudicial. Aunque nos parezca que la movilización ciudadana no hace mella en los gobernantes, no es verdad. A pesar de sus declaraciones despreciativas hacia los manifestantes y descalificadoras de los acontecimientos, lo cierto es que, la huelga general, les afecta y mucho. Más cuanto más virulentas son sus declaraciones públicas.
Esta, además, es una huelga europea por cuanto se celebra a la vez en varios países de la CEE. Y va a servir, claro que va a servir. Por lo menos servirá para decirle a Bruselas: basta ya. Basta ya de recortes, basta ya de abusos, basta ya de atacar siempre a los débiles. Los países del sur, los que ellos llaman PIGS, se están cansando de mantener el status quo de los del norte, de ayudar a los bancos del norte de Europa, los que se han enriquecido con la especulación del ladrillo, los que ahora nos someten a duras pruebas. Por lo menos vamos a decirle a Frau Merkel que estamos hartos de apretarnos el cinturón para que sus bancos no pierdan lo invertido.
La huelga no huelga, era necesaria. Y si con esta no se nos escucha, harán falta más, hasta que los oídos de los políticos, españoles, los alemanes y europeos, escuchen lo que los necesitados tenemos que decirles: otra Europa es posible. Y lo conseguiremos si todos empujamos del mismo lado.

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