La voz de su amo |
Finalmente, don Mariano, el recorto,
apareció. Salió en la televisión pública después de depurar a los periodistas
díscolos y colocar en los puestos claves a los de su grey. Fue, cómo no, una
entrevista amable, casi de lucimiento, en la que el Presidente pudo lucirse,
pero no lo hizo. No lo hizo porque el mensaje que quiso transmitir fue el mismo
que vienen lanzando sus validos, esto lo arregla él en un santiamén, confiando
en él y su ministros nada malo puede sucedernos.
A pesar de que las preguntas debían estar pactadas, si
no de qué, dudó en algunas respuestas, tal vez para dar la sensación de que no
la esperaba, pero no cuela. Los periodistas invitados al paripé más bien
parecían marionetas, ni una pregunta incómoda. Ni se interesaron por los
recortes en sanidad ni enseñanza, las dos puyas más dolorosas para una
población perpleja, ni por los más de veinte mil, si 20.000 millones, de euros
que va a recibir en Ministerio de Defensa para proseguir su guerra, ¿contra
quién? Se le preguntó por la libertad condicional de Bolinaga, es decir Uribexebarría,
aunque a los de derechas les gusta más el segundo apellido, es menos vasco,
pero nada se le insinuó sobre las discrepancias en el seno del PP sobre el
tema, y sobre la Diada catalana, donde se preveía una masiva manifestación
independentista, a lo que el recorto dijo que no estaba el
país para aventuras, sin más. Ni quiso valorar una posible derrota electoral en
Galicia.
Una entrevista amable, como digo, de lucimiento, pero
donde don Mariano no anunció nada nuevo, ni novedoso. Dijo que había dado
instrucciones a su ministro de Hacienda de que respetara las pensiones, lo que
viene a ser una advertencia a los jubilados de que vayan preparándose. Siempre
que ha dicho que no iba a hacer algo era síntoma de que estaba preparando
hacerlo en secreto. Al tiempo. Una entrevista totalmente prescindible.
Desde este blog se ha reclamado muchas veces la aparición pública del
Presidente, para transmitir seguridad y confianza en el electorado y para
explicar su política económica, tan restrictiva para los que no tienen nada y
tan laxa para con los que lo tienen todo pero, para ese viaje, no hacían falta
tantas alforjas. Su comparecencia televisiva, como las que ha realizado en el
Congreso, nos dejan con la duda. ¿Si al león de la entrada le faltan los
testículos, le sobran al Presidente o es al revés? La solución en las próximas
elecciones gallegas y vascas.
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